domingo, 25 de agosto de 2013

Los que no estrarán en el paso de la Sagrada Entrada en Jersusalén......

El 19 de marzo de 1978 el misterio de la Borriquita estrenaba su nueva remodelación. Aquel Domingo de Ramos el Señor de la Sagrada Entrada adelantaba su posición en el paso, iniciando el misterio, y al mismo se añadían las nuevas figuras (el judío, la mujer hebrea y dos niños) que el escultor Juan Abascal (1922-2003) creó para este pasaje entre 1976 y 1978, todas ellas tomadas del natural.
Treinta y cinco años después, la junta de gobierno de la Archicofradía del Amor se ha propuestoadecuar con la máxima fidelidad la configuración del misterio al pasaje que relatan las sagradas escrituras cuando describen que Jesús, a su entrada en Jerusalén, fue recibido por los niños y las mujeres hebreas que extendían mantos a su paso y seguido por los apóstoles. El proyecto de remodelación ya es conocido: la composición se enriquecerá con la ejecución de dos nuevas imágenes secundarias, una mujer hebrea y una niña, que serán realizadas por el imaginero sevillano Fernando Aguado, mientras que desaparecen del paso las dos figuras adultas de Juan Abascal, la mujer hebrea conocida como Amparito por reproducir el rostro de una hermana, Amparo Castro Carrascosa, y el judío denominado el Guaringo, para cuyas facciones poca gente conoce que le sirvió como modelo el pintor Antonio Agudo Tercero, a la postre autor del cartel de la Semana Santa de 1999 y de las tablas del Viacrucis que cuelgan de la Basílica del Gran Poder.
BORRIQUITAAmparo y Antonio, losdamnificados por su desalojodel misterio de la Borriquita, aseguran que no les va la vida en ello, aunque sus reacciones a la noticia de la nueva configuración del paso son bien diferentes. Ambos fueron elegidos por Juan Abascal como modelos para estas figuras por su cercanía al artista. Amparo era secretaria por entonces de la vieja Escuela Superior de Bellas Artes, donde Abascal impartía clases, mientras que Antonio Aguado era compañero como profesor. “Se fijó en mi rostro por el perfil ‘semítico’, por lo que, convenientemente vestido de la época, daría, como así fue, la imagen de palestino cabal para, al elevar las manos levantando la cabeza, con la boca entreabierta, pudiera parecer que gritaba “hosanna” ante la presencia de Cristo; y en verdad que es una de las obras de Abascal más conseguidas en ese terreno”, rememora Antonio Agudo.
Aunque en cierta ocasión reconoció en alguna entrevista sentir ilusión por verse inmortalizada en lo alto del paso, Amparo no está dolida con su sustitución. Es más, en su entorno siempre se ha dudado de la fidelidad de los rasgos de la mujer hebrea con la Amparo real. “No me voy a enfadar por algo así. La hermandad está por encima de todas estas circunstancias”, señala. La hermandad, no obstante, no se desprenderá de Amparito, que seguirá encarnando a la Virgen María en el Belén monumental que se monta en el Salvador cada Navidad.
15177472Más crítico con la remodelación del paso de la Borriquita planteada por la hermandad se muestra el pintor Antonio Agudo. “Me quedo perplejo porque estamos ante un caso más que se resume en el dicho popular de desvestir a un santo para vestir a otro, lo que en este caso se traduce en quitar a unos santos para ser reemplazados por otros. En realidad la interpretación del caso no es más que el eterno desprecio por la obra de un autor; el desprecio por la propiedad artística e intelectual de un escultor desaparecido que ya no puede protestar. ¡Yo lo hago por él!”. Y va más allá: “Le recuerdo a la hermandad que la composición fue consensuada en su momento precisamente, “para darle realce” a la escena cuyo protagonista es el Cristo subido en “la borriquita”, por lo que el argumento de “mejorar el paso” me resulta completamente falaz”, sentencia Agudo.
La remodelación del misterio de la Borriquita, como ven, sigue generando divisiones hasta entre los que un día fueron directos protagonistas de la comitiva que recibió al Señor.
Artículo de  José Gómez Palas en el El Correo de Andalucía.
Fotoas Javier Díaz.
Publicado 25/08/2.013

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