viernes, 23 de agosto de 2013

La Exaltación... El misterio de los misterios de Sevilla....

"Qué le pregunten a mi amigo y capataz Mariano Falcón sí este misterio es el misterio de Sevilla. Increíble parece que entre por las calles que pasa..."
Interesante artículo..............................................................



Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA
Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA
El siglo XVII que tan fecundo y enriquecedor fue en muchos aspectos para Sevilla, fundamentalmente en el campo cultural, dio una sorpresa de gran calado a la sociedad de aquellos tiempos cual fue el nacimiento el 8 de septiembre de 1652 de la única mujer que alcanzó, entre tanto artista masculino, fama y prestigio gracias a saber plasmar en la madera y de forma prodigiosa, todos los sentimientos artísticos que llevaba en su interior y que, en cierta manera, o aplicándole un sentido, podríamos decir simbólico, había heredado de su padre el gran escultor Pedro Roldán.

Esta mujer fue Luisa Roldán, más conocida con el sobrenombre de La Roldana y cuya personalidad se caracterizó por su valentía y decisión para realizar todo aquello que en cada momento deseaba y, sobre todo, que le gustaba, sin tener en cuenta la opinión de los que podían aconsejarle de forma distinta a lo que ella ya había decidido.

La presencia casi continua en el taller paterno, junto con sus dos hermanas, María y Funencisla, le permitió conocer a los aprendices y discípulos que, al igual que ella, pretendían conocer los secretos del oficio. Y entre ellos, conoció a uno muy especial, Luis Antonio Navarro de los Arcos, que intentaba conocer las técnicas del estofado, y que, con el paso del tiempo, se convertiría en su marido y lo que en principio daba la impresión de ser un mero capricho o galanteo de Luisa con Luis Antonio, resultó ser un autentico enamoramiento de ambos hasta el punto de contraer matrimonio el 17 de Diciembre de 1671 en Sevilla.

Cartela del Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA
Cartela del Misterio de la Exaltación / ABC DE SEVILLA


Ángel de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Ángel de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Según algunos autores, su padre no aceptó con muchas simpatías el noviazgo de Luisa y Antonio, ya que cuando comprendió que este se formalizaba, despidió del taller a su discípulo y prohibió a su hija verlo, ordenándole, al mismo tiempo, que rompiesen las relaciones.

Pese a las medidas adoptadas por Pedro Roldán y las distintas amenazas que le dirigió a su hija, el matrimonio se celebró con el consiguiente disgusto de éste y aunque los historiadores no han encontrado las causas de la fuerte oposición paterna, ya que mientras unos aducían que aquel no veía en su futuro yerno un escultor de porvenir por carecer de las dotes y aptitudes necesarias para tener el prestigio que le llevasen a fundar su propio taller y alcanzar una posición económica estable, otros opinaron que el concepto que Pedro Roldán tenía de su discípulo Luis Antonio era la de un hombre sin carácter, introvertido y sin calidad artística, a lo que conllevaría, con el paso del tiempo, a problemas y complicaciones, dada la fuerte personalidad de su hija.

En definitiva, todas estas razones para suponer la poca o ninguna predisposición de Pedro Roldán a que su hija contrajese este matrimonio, desgraciadamente, se cumplieron ya que al cabo de unos años esta unión terminó siendo un verdadero desastre.

Siguiendo lo escrito por D. Santiago Montoto, relacionado con el matrimonio de Luisa Roldán y Luis Antonio de los Arcos, el 17 de Diciembre de 1671 ante el juez de la iglesia, D. Matias Gregorio de los Reyes Balenzuela, el procurador de los tribunales D. Vicente L.


Ballesteros, en nombre del novio, manifestó el deseo de aquel de casarse con Luisa con la que “había tratado de requiebros de dos años a esta parte, dándose palabra de casamiento el uno al otro”; también solicitaba al mismo juez que ordenara a Luisa Roldán comparecer ante su presencia para preguntarle si le había dado a Luis Antonio palabra de matrimonio. Para ratificar lo anterior, el novio presentó como testigo a Bartolomé Franco y Lorenzo de Ávila, ambos doradores de retablos, que testificaron conocer a los dos y que presenciaron como el 15 de Diciembre de ese mismo año (1671), Luis Antonio, le dio palabra de matrimonio a Luisa, pese a la oposición del padre de ella.
Cristo azotado de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Cristo azotado de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Una vez Luisa en presencia del juez eclesiástico para ser interrogada, declaró ser hija de Pedro Roldán y Teresa de Mena, que era moza doncella, nunca había estado casada, no era pariente de Luis Antonio, no había dado palabra de matrimonio a otra persona y que no tenía votos de castidad ni ninguna otra clase de impedimentos para poder celebrar los esponsales con el novio.

Una vez firmada esta declaración, el juez eclesiástico ordenó que Luisa Roldán fuera depositada en casa de Lorenzo de Ávila (uno de los testigos), hasta el día de la celebración de los esponsales y le obligaba a “tenerla en su poder con la guarda y custodia necesaria y que no la entregaría a persona alguna sin licencia y mandamiento judicial”.

Con fecha 13 de Diciembre del dicho año de 1671, el sacerdote de la iglesia de San Marcos, D. Juan Fernández Murillo, realizó la unión sacramental, saliendo de la casa de Lorenzo de Ávila cumpliendo así el mandamiento judicial. Testigo de los esponsales fueron Bartolomé Franco y Tomás Díaz. El matrimonio se inscribió en el libro tercero, tomo 137 de los de matrimonio de la Parroquia de San Marcos de Sevilla.

De esta unión nacieron seis hijos: Luis Andrea, en el año 1672; Fernando Máximo, en el año 1674; Fabiana Sebastiana, en 1676; María Josefa Petronila Gertrudis; Francisco José Ignacio, en 1681 y Rosa María Josefa, en 1683. Por desgracia, los cuatro primeros fallecieron a muy temprana edad, sobreviviendo solo los dos últimos.

Hacia el año 1686, Luis Roldán y Luis Antonio de los Arcos, se trasladaron a la ciudad de Cádiz donde había sido contratados para esculpir imágenes de los ángeles y patriarcas del nuevo Monumento de la Catedral. En 1688, Luisa Roldán y su familia se trasladan a Madrid, donde recibió, unos años más tarde, el título de “escultora de cámara” como reconocimiento a las obras que realizó para el Palacio Real.


Cristo Yacente de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Cristo Yacente de la Roldana / ABC DE SEVILLA
Pese al nombramiento, la crisis económica que atravesaba el país como consecuencia de mala gestión administrativa del Estado, hace que Luisa Roldán, comience una etapa de su vida en la que llegó a tener tan enormes dificultades económicas que, en ocasiones, llegó a dirigirse a la Autoridad Real, solicitando ayuda ante la falta de recursos para cubrir las primeras necesidades, lo que no pudo conseguir.

Finalmente, la fuerte personalidad, orgullo y carácter de Luisa Roldán, le impidió –pese a la angustiosa situación que padeció durante varios años, sobre todo durante su estancia en la capital del reino– recurrir a su padre, Pedro Roldán, que seguía siendo el escultor más solicitado de Sevilla y de Andalucía y que podría haberle no solo ayudado, sino tomarla de nuevo en su taller como colaboradora, como en más de una ocasión le ofreció.


Artículo: Jaime Passolas.
Publicado 22/08/2.013

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